Nunca te has preguntado: ¿Por qué comemos palomitas de maíz como snack mientras vemos una película?
Para nosotros entrar a una sala de cine sin disfrutar de unas ricas palomitas es imposible, pero todo se debe a una costumbre hecha en Estados Unidos que hasta hoy en día seguimos utilizando.
Entre los años 1929 y 1933 fue la época de la “Gran Depresión” que llevó a 13 millones de norteamericanos al paro, por lo cual el principal medio de evasión era el cine. Los dueños estaban tan desesperados que buscaron alternativas para generar dinero e integraron las máquinas de palomitas de maíz y stands dentro de los cines.
El cine era una de las formas más baratas de entretenimiento y algunos propietarios de cines bajaban el precio del boleto cuando instalaban máquinas de palomitas de maíz y aun así disfrutaban sus ganancias. Si a los clientes se les quería tener el estómago entretenido por la proyección, sólo se les podían permitir las palomitas. Las palomitas de maíz se elaboraban al instante con una materia prima abundante en E.U como los granos de maíz.
Actualmente los cines cuentan con el área de fuente de sodas en donde bocadillos y golosinas han evolucionado significativamente, pero definitivamente lo más importante es que la tradición del maíz explotado aún perdura.
