Elliot Ryan es un estudiante estadounidense de 20 años, a quien desde el pasado mes de marzo lo mandaron a su casa por la pandemia del COVID-19, se fue a vivir con sus abuelos y decidió convertir un sueño en realidad.
"Realmente comenzó cuando tenía 8 o 9 años, y desde entonces siempre quise construir una montaña rusa (...) Mi hermano pequeño lo mencionó mientras estábamos en cuarentena y pensé, ‘¿Por qué no’?", dijo Ryan.
Comentó que se acercó a su abuelo de 83 años para contarle la idea: "Le pregunté a mi abuelo y me dijo: ‘¿Me lo construirás?’ y dije, ‘claro’ (...) Mi abuelo, cuando se pone algo en la cabeza lo hace, y yo quería hacer lo mismo”.
"Ryan decidió concretar un sueño que siempre tuvo, y fue construir una montaña rusa", dijo su abuelo, el doctor Fred Silverblatt, quien también es profesor de medicina en la Universidad de Brown. También es un atleta de triatlón.
"Soy un muy joven abuelo de 83 años. Pero no hice nada del trabajo. Ryan hizo todo por sí mismo, eso es lo sorprendente", dijo Silverblatt.
Ryan construyó la montaña rusa entre abril y agosto. Compró alrededor de USD 1.500 en madera y clavos para armarla, y pasó incontables días y horas afuera construyéndola.
La montaña rusa tiene más de 100 pies de largo y se mueve por gravedad. Ryan dijo que obviamente la probó para asegurarse de que funcionaba correctamente y de manera segura, pero que la primera persona que se subió además de él, fue su abuelo.
