la Historia tenebrosa del pozole
La historia tenebrosa del pozole se originó en la época prehispánica, donde los mexicas preparaban este plato ritual con la carne de prisioneros de guerra sacrificados, sirviéndose principalmente a los nobles y guerreros en ceremonias religiosas.
Tras la conquista, para evitar el canibalismo ritual, se reemplazó la carne humana por la de cerdo, ya que los españoles notaron la similitud en sabor y textura, transformando así el pozole en el platillo que conocemos hoy.
El pozole original, conocido como tlacatlaolli ("maíz de hombre"), era un guiso con granos de maíz y la carne de prisioneros de guerra sacrificados en ceremonias religiosas aztecas.
El maíz simbolizaba el cuerpo sagrado y la carne humana representaba un vínculo con la vida y la energía divina, que se buscaba incorporar a través de su consumo.
Este platillo era reservado para las élites, como sacerdotes y guerreros, como una muestra de respeto y para revitalizar la fuerza vital del universo.
Aunque su origen es oscuro y ritual, el pozole se ha transformado en un plato icónico de la gastronomía mexicana, festivo y representativo de la cultura y la identidad nacional.